jueves, 9 de agosto de 2018

Bali

Tras un año sin publicar nada en nuestro blog del viaje, hemos terminado al fin de escribir el texto de nuestro paso por Indonesia. Se nos ha ido un poco el santo al cielo y hemos dejado pasar mucho tiempo hasta que hemos conseguido retomarlo. A decir verdad, la parte en español estaba lista hace ya bastantes meses, pero la parte en alemán ha necesitado más tiempo porque Lea se incorporó a la vida laboral en el colegio justo a nuestro regreso y eso desvió un poco su atención del blog. Por lo que al hilo narrativo de nuestro viaje respecta, continuamos por donde lo dejamos.
Aterrizamos en la paradisíaca isla de Bali tras hacer una escala en la ciudad australiana de Brisbane. Nuestra intención en Bali era la de disfrutar de unas vacaciones relajantes para poner la guinda del pastel a nuestro largo viaje. Nada más llegar nos subimos a un taxi con destino a nuestro primer hotel. Pero... ¡sorpresa! En la recepción del hotel, que teníamos reservado desde hacía un mes, nos dijeron que no les quedaban habitaciones libres y que no se harían cargo de nosotros. Vamos, que nos fuéramos por donde habíamos venido. Tras una acalorada conversación telefónica de Lea con el dueño del hotel, lo único que obtuvimos fue una mala excusa diciendo que otros huéspedes habían alargado su estancia ocupando nuestro sitio. Menos mal que nuestro taxista seguía allí con nosotros y le pedimos que nos llevase a cualquier otro hotel de los alrededores. Y así lo hizo. De esta forma pudimos encontrar un sitio bonito donde pasar nuestras siguientes tres noches.

Es ist nun schon mehr als ein Jahr her, dass wir wieder zurück sind von unserer Weltreise. Davids Bart ist gestutzt, wir haben eine schöne Wohnung zusammen in Münster und ich zähle mittlerweile wieder zur arbeitenden Bevölkerung. So viel ist passiert im letzten Jahr, dass ich nicht die Zeit fand, unsere Erlebnisse vom letzten Teil der Reise zu verschriftlichen, obwohl David bereits vor einiger Zeit den spanischen Blogeintrag fertig geschrieben hatte.
Jetzt aber, kurz bevor ich im Februar meine neue Stelle in Senden antrete, hat mich die Schreiblust gepackt. Vielleicht ist es aber auch das Fernweh, der Wunsch nach einem Gefühl von Freiheit oder die simple Tatsache, dass ich keine Lust auf graue Regentage in Münster habe.
Deshalb verliere ich mich nun ein bisschen in meinen Erinnerungen an Davids und meine Zeit auf Bali, spüre die Hitze der Insel, die Feuchtigkeit, sehe die bunten Farben, rieche die Gewürze und höre das Knattern der Motoren der Scooter.
Mit dem Moment als wir aus dem Flieger stiegen, hatte mich Bali bereits verzaubert. Nach der doch eher regnerischen und kalten Zeit in Neuseeland, fühlte sich Bali eher wie Urlaub an. Schon der Flughafen war toll gestaltet mit bunten Blumen, Pflanzen und vielen Statuen. Doch leider hielt der Erholungsmoment nur kurz an. Denn nachdem uns der Taxifahrer zu unserem Hotel gebracht hatte, erfuhren wir, dass für uns kein Platz mehr frei war. Völlig übermüdet und dementsprechend leicht gereizt versuchte ich herauszufinden, wo das Problem lag. Anscheinend hatten andere Gäste ihren Aufenthalt spontan verlängert und der Hotelbesitzer hatte ihnen unser Zimmer bereitgestellt. Was David und ich in Bali suchten, war Erholung. Dieses Chaos konnte ich folglich gar nicht gebrauchen! Unser Taxifahrer, der auf uns gewartet hatte, brachte uns zu einem anderen Hotel. Dieses war zwar teurer als das erste, doch Booking, mit denen wir Kontakt aufgenommen hatten, sicherte uns zu, dass sie die Differenz zahlen würden. Und das haben sie nach Ende unserer Reise tatsächlich getan. Unser neues Hotel war dann genau so, wie ich es mir vorgestellt hatte. Erholung pur.
Ein Traum!





Hay que decir que la empresa de reservas de «Booking.com» se portó estupendamente con nuestro caso. Los llamé mientras íbamos en el taxi en busca del nuevo hotel. Nos presentaron algunas alternativas de hoteles, que no aceptamos porque estaban lejos de la zona donde queríamos quedarnos, pero me dijeron que si nosotros encontrábamos un hotel por nuestra cuenta, ellos se harían cargo de pagarnos la diferencia si el hotel fuera más caro del que teníamos reservado. Al volver a España les envié las facturas del hotel junto con la factura telefónica por las llamadas internacionales y me hicieron rápidamente un abono en mi cuenta por el importe de todos los costes. Y lo mejor de todo es que Booking sacó ese dinero de cobrarles al hotel que nos dejó en la calle. En la isla de Bali se cree en el karma y parece ser que con razón.
Como era temprano, aprovechamos el día para dar un paseo por la zona e ir a conocer Dreamland Beach.

Da es trotz der chaotischen Anfahrt noch recht früh am morgen war, machten wir uns auf den Weg zum Dreamland Beach, der auf den Fotos, die wir gesehen hatten, wunderschön aussah.




La playa no era exactamente lo que habíamos esperado. Era una playa bonita, pero no estaba nada cuidada y había mucha basura en la arena (muy probablemente por culpa de los turistas). Quedamos un poco decepcionados, pero eso no nos impidió disfrutar de un buen rato playero hasta que el clima decidió estropear la tarde. Comenzó a llover muy fuerte así que nos refugiamos bajo techo y nos comimos nuestra primera mazorca de maíz con mantequilla de ajo. Riquísima.

Das Wetter spielte allerdings nicht mit. Eine halbe Stunde, nachdem wir nach einem längeren Fußmarsch angekommen waren, fing es an zu regnen, sodass wir uns unterstellen mussten. Ganz so tragisch war das nicht, denn etwas wirklich Traumhaftes hatte der Dreamland-Beach nicht. Überall lag Müll und es stank nach verbranntem Abfall. Doch probierten wir hier unsere ersten gegrillten Maiskolben mit Kräuterbutter und einem scharfen Gewürz, dessen Namen ich vergessen habe. Sehr, sehr lecker!




El hotel en el que nos estábamos alojando tenía incluido desayuno a la carta así que cada mañana podíamos elegir nuestro delicioso plato de entre varios.

In unserem wunderschönen Hotel gab es jeden Morgen Frühstück. Das Beste waren die frisch zubereiteten Säfte, aber auch die Bananenteilchen waren köstlich.




Fuimos a visitar el templo de Uluwatu, famoso por encontrarse en la costa junto a un acantilado y también por los monos que viven dentro de él.

Am nächsten Tag besuchten wir den Uluwatu-Tempel, der direkt an der Küste liegt und der von zahlreichen Affen bewohnt wird. Die Affen innerhalb des Tempels gelten als heilig, das machte sie mir aber nicht sympathischer.









Como se aprecia en las fotos, era obligatorio llevar un pareo cubriendo las piernas, así como una banda de tela por la cintura.
De vuelta al hotel pasamos por una cafetería donde servían el café Kopi Luwak, el café más caro del mundo. Para quien no lo sepa, solo decir que se obtiene de los granos de café que un animalito come y después defeca. Mmmmm, suena riquísimo. Y como no podía ser de otra forma, estaba asqueroso.

Auf Bali verdeckt man seine Beine, wenn man einen Tempel besucht. David und ich hatten uns vorher Tücher gekauft, die wir dafür nutzten, wir hätten uns aber auch welche ausleihen können. Das orangene Tuch, das um die Hüfte herum getragen wurde, bekamen wir von den Tempel-Wächtern.
Auf dem Rückweg zum Hotel machten wir in einem Freiluft-Café halt, wo ein ganz besonderer Kaffee serviert wurde: der Kopi Luwak Kaffee, der der teuerste der Welt sein soll. Für diejenigen, die von diesem Kaffee noch nie gehört haben, sei kurz erwähnt: Er schmeckt nicht besonders gut. Ob das daran liegt, dass die Bohnen vor der Röstung von freilebenden Fleckenmusangs (laut Wikipedia eine Schleichkatzenart) verspeist und dann wieder ausgeschieden werden?




También nos dieron a probar muchas variedades de té. Yo no soy un gran fan del té, pero hay que decir que había algunos realmente deliciosos.

Wir probierten aber auch einige Teesorten und die waren tatsächlich sehr lecker!





A pesar de que el Kopi Luwak fuera un café caro, Bali es un lugar bastante barato donde se puede comer bien por muy poco dinero. Aquí una de nuestras cenas. La comidas no eran especialmente abundantes, pero nos saciaban.

Anders als in Australien und Neuseeland konnten wir es uns erlauben, auf Bali abends Essen zu gehen. Wir versuchten, so viele verschiedene Gerichte wie möglich auszuprobieren. Hier eine kleine Auswahl.




Lea compró una bebida llamada Tehbotol que por lo visto es típica de aquí. A ninguno de los dos nos gustó.

Ich hatte in einem Blog gelesen, dass es auf Bali typisch sei, das Getränk „Tehbotol“ zu trinken. Da ich alles mal ausprobieren wollte, kaufte ich mir direkt eine Flasche, als ich sie im Supermarkt sah. Doch weder David und ich mochten es.




Aún no lo he comentado (en este momento mis padres se echarán las manos a la cabeza) la forma más cómoda de moverse por Bali es en moto. Todo el mundo utiliza motos en la isla de Bali y nosotros no queríamos ser los raros de aquí.

Am Anfang hatte ich schon erwähnt, dass ich, wenn ich an Bali denke, auch die Geräusche der knatternden Scooter in Erinnerung habe. Denn das ist die einfachste Form sich auf der Insel fortzubewegen. David und ich hielten es genauso, auch wenn ich zugeben muss, dass ich mich nicht getraut habe, auf den befahreneren Straßen den Scooter zu steuern. Das hat dann David gemacht. Auf den ruhigeren Straßen habe ich allerdings geübt und es macht wirklich Spaß.





Con la moto podíamos desplazarnos pequeñas distancias cómoda y rápidamente.
Tras pasar varios días en nuestro hotel tocaba cambiar de sitio en la isla. Nos encontrábamos completamente al sur de Bali, así que para ir a nuestro siguiente hotel, que quedaba más al centro, cerca de Ubud, tendríamos que utilizar algún taxi o autobús. Lo que decidimos hacer fue contratar a un guía con coche. Él nos recogió en nuestro hotel junto con nuestras mochilas, nos hizo una ruta turística de casi todo un día por varios lugares de interés de la isla y finalmente nos dejó en nuestro nuevo hotel. Mereció mucho la pena porque de un tirón pudimos visitar templos bastante lejanos así como casas tradicionales balinesas y tiendas de artesanía. Además hablaba español.

Unser erstes Hotel war ganz im Süden, da wir aber weiter nach Ubud wollten, engagierten wir für einen Tag einen spanischsprechenden Touguide. Dieser holte uns morgens mit unseren Rucksäcken im Hotel ab und brachte uns zu weiteren Sehenswürdigkeiten auf Bali. Zunächst sahen wir eine Art balinesisches Tanztheater, das extra für Touristen aufgeführt wurde, aber dennoch spannend zum Zusehen war. Weiter ging es zu kleinen Handwerksläden, wo David und ich unsere erste gemeinsame Anschaffung im Bereich der Kunst tätigten: Den aus sogenanntem Krokodilholz angefertigten Gott Ganesha, der für Weisheit und Wohlstand steht. (Wer uns besucht, findet dieses Kunstwerk übrigens auf unserer Ablage im Flur). Und schließlich ging es noch zu weiteren Tempeln, von denen Bali wirklich viele beeindruckende hat.

























Nuestro siguiente hotel era increíble. Todo estaba perfectamente cuidado, la piscina era estupenda y los propietarios muy amables. Aquí ponemos algunas fotos del hotel.

Unser Hotel in der Nähe von Ubud, wohin wir nach unserer Inselbesichtigung von unserem Tourguide gebracht wurden, war dann tatsächlich noch schöner als das erste im Süden von Bali.






En este sitio conocimos a dos parejas que también andaban por allí de vacaciones, unos eran eslovacos y los otros australianos. Nos llevaron a cenar a un sitio donde ellos ya habían estado antes y ya sabían que la comida era muy buena.

Hier lernten wir noch zwei andere Pärchen kennen, die ebenfalls Urlaub machten. Die einen kamen aus Australien und die anderen aus der Slowakei. Gemeinsam verbrachten wir einen sehr unterhaltsamen Abend in einem Restaurant, das uns empfohlen wurde.





También fuimos a comer a otros lugares de alrededor y siempre salíamos satisfechos por muy poco dinero. Hay que decir, que a pesar de haber comido tanta variedad de platos en la isla ninguno de los dos nos pusimos malos del estómago. Toda una suerte.

Und egal wo wir auf Bali anhielten um etwas zu essen: Es war immer lecker! Und keiner von uns hatte mit Magen-Darm zu kämpfen :)






Desde nuestro hotel fuimos a visitar una plantación de arroz cercana.

Von unserem Hotel aus fuhren wir mit einem Scooter zu einer nahegelegenen Reisplantage. Ein beeindruckendes Szenario.










También visitamos Ubud y templos de alrededor, así como un mercado lleno de color.

Wir waren natürlich auch in Ubud und den nahegelegenen Tempeln.



















Lea también quiso probar un rato nuestra nueva moto.

Wie man an meinem Gesicht erkennen kann, war der Versuch, den Scooter zu fahren, ganz erfolgreich.






Fuimos a una playa de la que nos habían hablado muy bien. Se llamaba Blue Lagoon Beach y allí pasamos un día entero. Esa sí que era una buena playa.

Das Pärchen aus der Slowakei hatte uns einen Strand empfohlen, der endlich dem nahe kam, was ich mir unter balinesischen Stränden vorgestellt hatte: Den Blue Lagoon Beach. Hier verbrachten wir einen ganzen Tag.






Para el día siguiente teníamos contratado un traslado en barco a una pequeñita isla llamada Gili Air, donde no hay coches ni motos. La gente se mueve andando, en bicicleta o en coche de caballo. La isla es tan pequeña que Lea y yo le dimos la vuelta paseando por la orilla en menos de una hora.

Am nächsten Tag machten wir uns mit einem Boot auf den Weg zu der Insel Gili Air. Die Insel ist so klein, dass man sie in einer Stunde zu Fuß umrunden kann. Hier gibt es nur Fahrräder und Pferdekutschen, keine Scooter oder Autos, eine angenehme Geräuschkulisse also.








Aunque por el aspecto del cielo parece que teníamos mal clima, la temperatura seguía siendo estupenda para estar al aire libre y para bañarse. Allí pasamos tres relajantes días disfrutando de la playa, los atardeceres y la comida.

Obwohl der Himmel größtenteils eher sein graues Gesicht zeigte, war die Temperatur angenehm, sodass wir ohne weiteres baden konnten. Wir blieben drei Tage auf Gili Air und genossen die entspannte Zeit ohne Sightseeing.










Por supuesto, nuestro hotel tenía también su delicioso desayuno incluido así como una piscina directamente a la orilla del mar. Un paraíso.

Unser Hotel lag direkt am Strand und auf der noch nicht ganz so bevölkerten Seite der Insel. Natürlich hatten wir auch hier wieder den Luxus eines Schwimmbades sowie eines ausgezeichneten Frühstücks.






Aunque la habitación del hotel era muy bonita, limpia y espaciosa, tenía un pequeño inconveniente. Alguien más había hecho una reserva para dormir con nosotros...

Einen Störfaktor hatte unser Hotelzimmer aber doch... Einen ungewollten Mitbewohner, der nur etwas kleiner als meine Hand war.




Nuestro acompañante aparecía de vez en cuando por la pared del cuarto de baño, pero todo quedó en una anécdota. Confieso que yo tenía más inconvenientes que Lea con este asunto, pero por lo menos nuestra compañera no salía del cuarto de baño. Al menos que nosotros supiéramos.
El día que tocaba volver a Bali amaneció con un buen temporal. En la foto no se aprecia casi nada, pero estaba lloviendo muchísimo y hacía un viento fortísimo. No podíamos imaginar la odisea que nos quedaba por delante.

An dem Tag, an dem es wieder zurück nach Bali gehen sollte, war Unwetter angekündigt. Auf dem Foto kann man es nicht gut erkennen, aber es regnete in Strömen und der Wind peitschte über die Boote, die an dem kleinen Steg auf Gili Air angelegt hatten.




Llegó nuestro barco a recogernos a la isla. El barco era algo así como un avión de Ryanair flotante pero con muchísimo menos espacio. Era un habitáculo largo y estrecho con dos hileras de tres asientos a cada lado con un pasillo en medio. Los asientos eran tan estrechos que me tocó sentarme junto a dos muchachos de complexión parecida a la mía y aun así la mitad de mi culo estaba fuera de mi asiento asomando por el pasillo. Y comenzó nuestro viaje de regreso a la isla de Bali. Con temporal. Hay que ponerse en situación: alrededor de cien personas apretadas en sus asientos, clima tropical, todos sudando, ventanas cerradas porque fuera llovía a cántaros, sistema de ventilación inexistente... A todo esto hay que sumar que la gente ya estaba empezando a sentirse indispuesta y a pedir bolsas de plástico a la tripulación. Solo hay que imaginarse el aroma y la música de ambiente que nos acompañaba (la gente «llamando a Julia», llamando a Braulio» y «llamando a Juan», todos a la vez). Hay que decir que hasta ese día yo pensaba que no me mareaba en los barcos, pero aquella experiencia fue mucho para mí. No llegué a vomitar, pero poco me faltó. Lea, sin embargo, lo llevó bastante bien.
Lo peor es que tras casi dos horas navegando hacia Bali, el barco tuvo que dar media vuelta para ir a un puerto cercano en la isla de Lombok porque, debido al temporal, no podíamos llegar hasta Bali. Una vez en tierra firme conseguí tranquilizarme y se me pasó el malestar después de un rato. Ya muy tarde en la madrugada, tras varias horas de autobús y otras tantas en un barco, esta vez de los grandes, llegamos finalmente a nuestro hotel de Bali, en la zona de Kuta. La parte buena es que fue la compañía que contratamos para ir en barco la que se hizo cargo de ponernos los autobuses, meternos en el otro barco y de llevarnos finalmente a nuestro hotel en taxis comunitarios.
El hotel era buenísimo, muy moderno, limpio y con piscina en la azotea. Eso fue una gran recompensa.

Eines dieser kleinen Boote sollte uns zurück nach Bali bringen und zunächst sah es trotz des Unwetters ganz gut aus. Unser Boot fuhr pünktlich los und David und ich hatten einen Platz erwischt, zwar nicht direkt nebeneinander, aber nur getrennt durch einen kleinen Gang. Leider waren die Sitze gemacht für Menschen mit sehr kleinen Popos, sodass sowohl David als auch ich nur mit unserem halben Hintern auf den Sitzen Platz fanden. Da es so stark regnete und windete, mussten die Fenster des Bootes geschlossen bleiben. Da es aber auch keine Klimaanlage gab, wurde es durch die ca. 100 Fahrgäste und das doch eher warme Klima irgendwann unerträglich heiß und stickig. Des Weiteren waren ca. 90% der Anwesenden nicht ganz seetauglich und eine Kotztüte nach der anderen wurde geordert. Bei dem Wellengang war das leider kein Wunder. Auch David ging es immer schlechter, obwohl ihm vorher auf Booten noch nie schlecht geworden war. Nur ich war guter Dinge und versuchte, ohne großen Erfolg, meine Mitreisenden mit Gesang aufzuheitern und abzulenken.
Nach zweistündigem Kampf gegen die Wellen gab unser Kapitän auf und brachte uns nach Lombok. Ich dachte, dass wir fast schon auf Bali angekommen sein müssten, aber ein Crewmitglied zeigte mir bei Googlemaps, dass wir uns in den zwei Stunden kaum von der Stelle bewegt hatten. Wieder an Land ging es David auch wieder besser. Die Agentur, über die wir unsere Rückreise gebucht hatten, kümmerte sich um Ersatz. Mit Bussen wurden wir an einen größeren Hafen nach Lombok gebracht und schließlich mit einem richtigen Schiff nach Bali übergesetzt. Hier wurden wir, ebenfalls von Leuten der Agentur, abgeholt und in unser Hotel gebracht, wo wir unsere letzten Tage auf Bali ganz entspannt ausklingen lassen konnten.










Además, por primera vez en nuestra vida hicimos uso del servicio de habitaciones para que nos trajeran la cena a la habitación. Como todo era tan barato, podíamos permitírnoslo. Por cierto, la cena que yo pedí era una hamburguesa con un pan más negro que es sobaco de un grillo. El pan era así, no es que se les hubiera quemado. Además tenía un sabor bastante bueno.

Und zum ersten Mal in unserem Leben ließen wir uns unser Essen aufs Hotelzimmer bringen. Wir fühlten uns wie Könige.




Tiempo atrás yo había hecho un curso del idioma alemán en la ciudad de Münster y allí conocí a Valentina, una chica de Indonesia que estaba estudiando en Alemania. A través de ella contacté con Hendra, un amigo suyo que vivía y trabajaba en Bali. En Kuta conseguimos quedar con él para charlar un rato. Aquí en la foto estoy junto a Hendra, que está en el medio, y junto a un amigo suyo que le acompañó a nuestro hotel. Yo soy el de las barbas que está a la izquierda de la foto.

David hatte, als er in Münster einen Deutschkurs absolvierte, eine Indonesierin kennen gelernt. Diese hatte einen Freund auf Bali, der sich mit uns im Hotel traf.




Kuta fue la última parada de nuestro viaje. De vuelta en Europa estábamos muy tristes porque el viaje había acabado y poníamos fin a una etapa inolvidable de nuestras vidas. Cuando estábamos llegando al final de nuestro paso por Latinoamérica (esto ya lo comentamos en su momento) tanto Lea como yo teníamos unas ganas enormes de volver a casa porque echábamos de menos muchas cosas de nuestras vidas, pero en esta etapa, tras pasar los últimos días en Indonesia, nuestras ganas de alargar la estancia allí eran considerables. Bali fue la despedida perfecta para toda esta gran experiencia que hemos vivido juntos.

Ahora, tras más de un año de todo aquello, en ocasiones hago el ejercicio de intentar recordar cada uno de los lugares por los que hemos pasado junto con las experiencias y las personas involucradas en cada momento. A pesar de la mala memoria que tengo, me gusta descubrir que soy capaz de recordar mucho más de lo que creía. Imagino que esta experiencia ha calado hondo dentro de mí y espero que se vuelva imborrable. Para ayudarnos a no olvidar algo tan especial, tuvimos la gran idea de ir escribiendo este blog desde el principio. En muchas ocasiones ha sido un trabajo duro al que ninguno de los dos quería enfrentarse. Hemos escrito mientras estábamos en autobuses, en furgonetas, en coches, en aviones, en barcos, en aeropuertos, en estaciones, en parques, en hoteles y en casas. También estando frente a lagos, mares u océanos. O junto a ríos, al borde de acantilados o sobre montañas. La cuestión es que cada segundo invertido en escribir toda esta historia ha merecido la pena más que de sobra.

A día de hoy, tanto Lea como yo tenemos a nuestro espíritu viajero bastante contento y, por ahora, no vemos cercano otro gran viaje de este tipo. Quién sabe si esa vocecita en nuestro interior que nos pide que viajemos se hará más fuerte en un futuro próximo y volvamos a embarcarnos en otro periplo como el que hemos vivido. Ni que decir tiene que las ganas de viajar no nos las ha quitado nadie y seguiremos haciendo los pequeños viajes que nos permitan las vacaciones de nuestros trabajos. Dicho esto, queda decidido que no pondremos un punto y final a esta historia, sino que quedará mucho mejor con un punto y aparte y la posibilidad de retomarlo en un futuro.

¡Hasta muy pronto!

Als es Zeit für unseren Heimflug wurde, waren David und ich richtig traurig. Anders als nach unserer Lateinamerika-Reise verspürte keiner von uns große Lust, wieder nach Hause zurückzukehren. Bali hatte uns mit seiner Vielfalt und Freundlichkeit wirklich in den Bann gezogen und ich hätte noch wochenlang bleiben können. Für uns war es der perfekte Abschluss einer langen und ereignisreichen Reise, die nicht besser hätte verlaufen können.
Wenn ich heute von unserer Reise erzähle, dann merke ich, dass ich die Namen vieler Orte, die wir gesehen habe schon wieder vergessen habe, dass mir nicht mehr einfällt, wie mein Lieblingsessen auf Bali hieß oder die netten Australier, die wir in Ubud kennen gelernt haben. Aber was bleibt ist ein Gefühl von Zufriedenheit und Ausgeglichenheit, dass die Dinge irgendwie schon in Ordnung kommen und dass es überall auf der Welt Menschen gibt, die genauso denken, wie ich. Nämlich dass es sich lohnt, offen gegenüber anderen zu sein und sich nicht hinter Mauern zu verstecken.

Es hat uns viel Zeit gekostet, den Blog zu schreiben. Oft haben wir fluchend im Bus/Schiff/Flugzeug gesessen, wenn es wieder an der Zeit war, etwas zu veröffentlich. Doch jedes Mal, wenn ich ihn mir angucke, freue ich mich, dass wir die Mühe auf uns genommen haben. Mal hatte David die Muße anzufangen, mal ich. Der letzte Eintrag hat am längsten gedauert, doch wenn ich mir die Fotos aus Bali angucke, besonders die, auf denen Davids Bart und Haare durch die Feuchtigkeit schon Locken gebildet haben, denke ich, dass es sich gelohnt hat.

Reise-Lea und Reise-David verabschieden sich hiermit und hoffen, dass sie sich immer ein Stück Reise-Gelassenheit für ihren weiteren Weg bewahren. Falls euch auffallen sollte, dass es mal wieder Zeit wäre durchzuatmen, erinnert uns ruhig daran.

Also dann, adiós und auf Wiedersehen!


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