domingo, 5 de febrero de 2017

New Zealand

El vuelo de Sydney a Christchurch no fue muy largo pero llegamos más tarde de la medianoche en la hora de Nueva Zelanda, con lo que íbamos dispuestos a pasar la noche en el aeropuerto hasta que por la mañana temprano pudiéramos recoger nuestra furgoneta campervan que teníamos reservada.
Como cada vez que se cruza una frontera tuvimos que rellenar el formulario de entrada durante el vuelo respondiendo sí o no a las preguntas según las cosas que lleves en el equipaje. Por lo visto la aduana de Nueva Zelanda es aún más estricta que la de Australia. Entre las preguntas se encontraban si llevábamos comida, no sólo refiriéndose a frutas o a carne, sino a comida de cualquier tipo. Tuvimos que marcar que sí porque llevábamos sopas de sobre y alguna que otra cosa empaquetada más. Si las teníamos que tirar antes de entrar tampoco perderíamos tanto. Otra pregunta hacía referencia a si habíamos estado en contacto con algún animal en las últimas semanas excluyendo mascotas. Y claro, veníamos de Australia, habíamos estado con canguros y koalas, pero preguntamos a la tripulación del avión y nos dijeron que no habría problemas para entrar en el país a causa de eso, pero que teníamos que responder que sí a esa pregunta. Otra de las preguntas era en referencia a si llevábamos zapatos de senderismo y si habíamos estado en alguna granja. Temiendo que nos quitaran nuestras botas de senderismo respondimos que no a esa pregunta. Error.
Al llegar al aeropuerto cruzamos la zona de los pasaportes e inmediatamente pudimos recoger nuestras mochilas de la cinta de equipajes. Entonces llegaba el momento de cruzar la aduana. Entregamos nuestros formularios y el hombre nos hizo varias preguntas sobre el tipo de comida que llevábamos y dónde habíamos estado con los canguros y los koalas. Marcó las dos respuestas como que no tenían importancia, pero nos volvió a preguntar si llevábamos zapatos de senderismo (aunque en el formulario habíamos escrito que no) y volvimos a decir que no. Entonces nos pidieron meter las mochilas en la máquina de rayos X y descubrieron que sí que llevábamos ese tipo de calzado. Nos hicieron sacarlo de la mochila, los inspeccionaron y nos miraron con mala cara. Hay que aclarar que nuestras botas seguían apestando a vaca desde Islandia y no se les quitaba el olor por más que las laváramos y por más ambientadores que les metiéramos en la bolsa, aunque limpias estaban. Como me cogieron a mí primero empezaron a hacerme las preguntas a mí y no a Lea, aunque estaban liados con ambas mochilas a la vez. Hay que decir que mi inglés no es muy bueno, pero en este caso entendía perfectamente lo que me estaban preguntando. Aún así conseguí aparentar que me enteraba de una cuarta parte de lo que me decían y parece ser que entre una respuesta y otra consiguieron sacar que no había entendido del todo las preguntas del formulario y por eso no había dicho nada de las botas. Además, cuando me preguntaron si había estado en el campo con ellas mi respuesta fue un tímido «tal vez». Puede ser que les cayera bien, puede ser que vieran que las botas estaban muy limpias o puede ser que pensaran que se encontraban delante de una persona bastante «lenta», por no decir tonto del todo, (yo más bien pienso que fue esta última la razón de más peso) lo que sí es cierto es que nos dejaron volver a guardar nuestras botas y continuar nuestro camino. Uf, qué mal ratito pasamos, sobre todo habiendo leído los carteles que hablaban del precio de las multas, además de quedarse con tus cosas.
Una vez en el aeropuerto intentamos ponernos lo más cómodos posible para pasar las horas que quedaban hasta que pudiéramos ir a recoger nuestra campervan. Como siempre, al igual que tantos otros viajeros en el aeropuerto, nos pusimos en el suelo a intentar dormir, pero no duró mucho. A las pocas horas apareció un vigilante de seguridad que nos «sugirió» que nos levantásemos del suelo y que si queríamos dormir tendríamos que hacerlo sentados en los asientos. Medio aeropuerto tuvo que resignarse a seguir durmiendo sentado. Creo recordar que ya no pude dormir más.
Cuando llegó la hora nos colocamos nuestras mochilas y salimos en busca de la compañía de alquiler. Si algún país se presta a alquilar una autocaravana ese es Nueva Zelanda. Está muy bien preparado para esto. Cuenta con muchísimas áreas gratuitas donde puedes pasar legalmente la noche y muchas de ellas tienen hasta cuarto de baño. Para encontrarlas usábamos una aplicación de móvil (Wikicamps) que funcionaba sin internet y que te decía dónde estaban esas áreas, de qué servicios disponían y si eran gratuitas o no. Todo un lujo.
Nuestro plan para el viaje era el siguiente: alquilar primero una furgoneta con cama y cocina para recorrer la isla sur, después alquilar una autocaravana con «relocation» (más adelante explicaré en qué consiste esto) para ir de la isla sur a la isla norte, y por último alquilar un coche para movernos por la isla norte. Como digo, ese era nuestro plan, pero nada nos salió a derechas de primera.
Llegamos a la empresa de alquiler, pero resulta que el email que teníamos no era una confirmación de reserva, sino una confirmación de que la petición de reserva se había hecho pero aún la reserva en sí no estaba confirmada. Vamos, que no había furgoneta para nosotros. Tanto era así que no tenían disponible ninguna furgoneta para las fechas solicitadas, ni siquiera jugando con día más, día menos. Nos fuimos de allí con el rabo entre las piernas, no sin antes reservar rápidamente con Booking una noche en un hostal cercano utilizando el WiFi gratis de la compañía de alquiler. De camino al hostal entramos en todas las empresas de alquiler que vimos, pero como era temporada alta todo estaba ya reservado y seguimos sin encontrar nada.
El check-in del hostal no estaba permitido hasta mucho más tarde, pero estábamos tan cansados que nos aventuramos a intentarlo. Tuvimos mucha suerte y dio la casualidad de que la habitación que teníamos reservada ya estaba lista así que la mujer nos dejó entrar antes de la hora. Creo que nos vio las caras que traíamos después de pasar la noche en el aeropuerto y que además estaba lloviendo y se apiadó de nosotros.
Una vez en la habitación, aunque nos caíamos de sueño, tuvimos que ponernos manos a la obra para reservar nuestra furgoneta. Entre las muchas compañías en las que estuvimos buscando en internet volvimos a hacer la prueba en la misma en la pensábamos que teníamos la reserva para esa misma mañana porque era con diferencia la más barata. Había que probar todo porque no estábamos llegando a ninguna solución concreta. Por supuesto no obtuvimos ninguna respuesta de la compañía. Conseguimos finalmente encontrar una furgoneta disponible, pero bastante más cara de lo que teníamos pensado. Aún así hicimos cuentas y decidimos contratarla. Al fin podíamos dormir tranquilos y nos echamos una buena siesta de varias horas. Al despertarnos fuimos a comprar comida y agua a un supermercado cercano y de vuelta en el hostal nos encontramos con otro problemilla. Acaba de recibir un email con la confirmación de la furgoneta más barata, la de la compañía de esa mañana. De repente teníamos contratadas dos furgonetas para las mismas fechas. La primera de ellas (la más cara) era un contrato formal con el primer pago hecho y todo listo. La segunda (la más barata) estaba también contratada, pero no podíamos anularla porque según el contrato tendríamos que pagar el importe total del alquiler por anular la reserva un día antes de la fecha de entrega. Al día siguiente descubriríamos que no era del todo así por ser nuestro caso un caso especial ya que la reserva y la anulación se habrían hecho en el mismo día, pero esto no lo sabíamos en ese momento. Por anular la reserva de la más cara nos cobrarían solo una parte del total. Haciendo unas cuentas rápidas nos salió que quedarnos con la furgoneta barata, anular la furgoneta cara y pagar la penalización nos seguía saliendo mucho más barato que quedarnos directamente con la furgoneta cara y anular la barata a coste cero. Por lo tanto eso fue lo que hicimos.
Parece todo un poco lioso, pero en resumen lo que ocurrió fue que teníamos contratadas por error dos furgonetas a la vez, anulamos el contrato más caro y pagando la penalización aún nos salía más económico seguir con el contrato de la furgoneta barata. Con todo el asunto este de las reservas y las cancelaciones conseguimos al menos llevarnos gratis un par de llaveros, una pegatina y un cargador USB para el mechero de la furgoneta. Mejor que nada.
A la mañana siguiente, con la furgoneta ya en nuestras manos, nos pusimos en camino hacia el Norte de la isla sur. Decidimos ir por la carretera de la costa este, pero tras más de tres horas de camino llegamos a un punto donde la carretera estaba cortada y un trabajador trató de explicarnos que teníamos que dar la vuelta y tomar un desvío muchos kilómetros atrás. Lo curioso es que no habíamos visto durante nuestro camino ninguna señal que indicara este corte y tampoco una alternativa a tomar. Total, deshicimos gran parte del camino y tomamos el desvío que nos conectaba con una carretera que subía por el centro del país. Como ya era tarde decidimos hacer nuestra primera parada en un área gratuita con baño que nos mostró la aplicación Wikicamps. Allí nos pusimos a preparar nuestra primera cena al aire libre.

Zum ersten Mal bei der Einreise in ein mir bis dahin unbekanntes Land, hatte ich ein mulmiges Gefühl, als wir vom Steward das Einreiseformular erhielten. Normalerweise konnte ich bei allen Fragen „nein” ankreuzen, aber nach drei Wochen Australien, waren wir nunmal mit wildlebenden Tieren in Kontakt gekommen und hatten auch noch Müsli, Nutella und Chips dabei. Obst und Gemüse hatten wir zwar schon im Flieger aufgegessen, aber trotzdem hatte ich Sorge, dass man uns nicht in Land lassen würde. In Neuseeland ist man sehr darauf bedacht, dass einheimische Ökosystem nicht mit fremdartigen, evtl. störenden Organismen in Kontakt zu bringen. Als wir dann befragt wurden, war ich ziemlich nervös. Und so kam es, dass ich die Frage, ob wir Wanderschuhe dabei hätten, verneinte. Doch wurden unsere Wanderschuhe natürlich entdeckt, denn jedes Gepäckstück wird, bevor man neuseeländischen Boden kontaminieren kann, nochmal durchleuchtet. Unser Glück war es, dass die Schuhe komplett sauber waren. Wir hatten sie ja schließlich auch vom Kuhstall-Gestank reinigen wollen. David beantwortete dann noch die ein oder andere Frage zur Benutzung unserer Schuhe und als wir gefragt wurden, ob wir sie auch auf einer Farm etc. getragen hätten, dachte ich, dass spätestens der immer noch haftende Geruch an den Schuhen darüber Auskunft geben würde. Aber man ließ uns passieren. Da es zwei Uhr morgens war und da die Autovermietung, bei der wir unser Auto ab 9 Uhr abholen konnten ganz in der Nähe des Flughafens war, blieben wir also die Nacht über in Christchurch am Flughafen. Wir hätten keinen schlechteren Platz finden können. Mittlerweile Flughafen-erprobt, hatten wir unsere Schlafsäcke auf dem Boden ausgebreitet, doch um drei Uhr wurden wir verscheucht und mussten den Rest der Nacht versuchen, im Sitzen zu schlafen. Am nächsten Morgen lernten wir dann Neuseeland von seiner besten Seite kennen. Es regnete und es war kalt. Das sollte Sommer sein? Bei der Autovermietung ging es dann mit unserer „Glückssträhne“ weiter. Die Reservierung hatte nicht funktioniert und wir hatten keinen Campervan. Zu Fuß und mit den Rucksäcken bepackt, versuchten wir es noch bei zwei anderen Autovermietungen, aber es war Hochsaison und nichts zu machen. Ziemlich frustriert suchten wir uns ein Hotel in der Nähe und planten das weitere Vorgehen. Den ganzen Tag suchten wir nach günstigen Campervans, denn die Alternative Mietauto und Hotels wäre wesentlich teurer geworden. Es gab auch keine günstigen Airbnbs mehr. Leider funktioniert die Suche nach Mietwagen in Neuseeland so, dass man, sobald man eine Anfrage schickt, das Fahrzeug gebucht hat. Das bedeutet, dass man warten muss, bis man entweder eine Bestätigung oder eine Absage erhält, bevor man weitersuchen kann. Das führte dazu, dass wir am Ende mit zwei gebuchten Campervans da standen. Denn eine vermeintliche Absage, bezog sich auf unsere erste Reservierung und hatte nichts mit der aktuellen Suchesuchten. Das erkannten wir aber nicht, suchten also weiter, fanden auch einen Campervan, bekamen die Bestätigung und waren dann ganz erschrocken, als wir abends um zehn auch noch die Bestätigung einer anderen Autovermietung bekamen. Was für ein Chaos. Wir cancelten die erste Reservierung, weil die zweite wesentlich günstiger war und zahlten die 250$ Strafe, die man zahlen muss, wenn man Kündigungsfrist nicht einhält. Allerdings konnten wir, als wir bei der Mietwagenfirma vorbeifuhren, um sicher zu gehen, dass die Stornierung auch geklappt hatte, zwei Schlüsselanhänger und einen Sticker abstauben. Und als wir in der Autovermietung, bei der wir dann tatsächlich den Campervan gemietet hatten, davon berichteten, bekamen wir nach mehrmaliger Nachfrage noch einen USB-Stecker umsonst dazu, sodass wir unsere Handys im Fahrzeug aufladen konnten. Ich wiederhole nochmal: Was für ein Chaos, vor allem, wenn man bedenkt, wie problemlos bisher alles auf unserer Reise verlaufen war. Das Wetter hatte sich mittlerweile ein bisschen gebessert und unser Plan war es, an der Küste entlang, Richtung Nationalpark Abel Tasman zu fahren. Nach gut drei Stunden Fahrt war irgendwann die Straße gesperrt. Der viele Regen hatte scheinbar dafür gesorgt, dass die Arbeiten an einer Baustelle nicht weitergeführt werden konnten und die Befahrung der Straße auf unbestimmte Zeit verschoben wurde. Uns blieb also nichts anderes übrig, als wieder zurückzufahren und den Weg durchs Landesinnere zu nehmen, um in den Norden der Südinsel zu gelangen. Da es in Neuseeland viele Campingplätze gibt, auf denen man nichts zahlen muss, suchten wir uns einen in der Nähe, und kochten zum ersten Mal in unserem neuen Heim, das wir die nächsten dreizehn Tage zur Verfügung hatten.





Como hacía un poco de frío decidimos comer dentro de la furgoneta para estar más cómodos. También nos tomamos unas cervecitas bien fresquitas.

Dieses Abendessen, Dosenspaghetti und Bier, gehört mit Abstand zu den schönsten Erinnerungen auf der Reise. Das Gefühl von Freiheit und Unabhängigkeit lässt sich tatsächlich auch in weichgekochten Nudeln finden.



 La primera noche hizo bastante frío en nuestra furgoneta, pero fue la única. Ya no volvimos a tener ninguna noche tan fría.
Para quien no lo sepa (y nosotros no lo sabíamos) el verano en Nueva Zelanda no se parece en nada al verano. Llueve casi todos los días y no hace nada de calor. O sea, que lo de ponerse morenitos aquí, poquito.
Nos despertamos tarde y tomamos nuestro desayuno aprovechando un ratito de sol.

In der Nacht fror ich ein wenig, aber da schon früh morgens die Sonne schien, wurde mir langsam wieder etwas wärmer und wir schliefen bis Mittag. Neuseeland zeigte endlich sein sonniges Gesicht.



Después recogimos y continuamos nuestra subida hacia el Norte. Con el contratiempo del corte de carretera del día anterior y el posterior desvío, llevábamos un día de retraso en nuestro plan, pero disponíamos de muchos días con la furgoneta y podíamos tomarnos las cosas con tranquilidad. Fuimos parando por el camino en los lugares que nos parecían interesantes.

Wir beschlossen, bevor es weiterging in Richtung Abel Tasman, die Gegend von Hanmer Smith noch ein wenig zu erkunden.





También paramos junto a una catarata donde un grupo de gente estaba practicando kayak.

Wie das Wetter doch die Stimmung beeinflusst. Fanden wir Neuseeland am ersten Tag noch grau und unfreundlich, brachten die Sonnenstrahlen das Grüne hervor. Wunderschöne Landschaften zogen an uns vorbei und wir entschieden uns, noch einen weiteren Stopp einzulegen, bevor wir zum Nationalpark fuhren.



Una vez cerca del parque nacional al que queríamos ir volvimos a buscar una área gratuita donde dormir. Pasamos una muy buena noche allí y nos pusimos en marcha temprano para ir al parque nacional Abel Tasman. Antes de entrar al parque aparcamos nuestra furgoneta en un camping para pasar esa noche con unas buenas instalaciones. Y desde allí comenzamos nuestro paseo por el parque. Tuvimos suerte con el clima de ese día y nos acompañó el sol. Así que la visita a Abel Tasman fue maravillosa.

Am nächsten Morgen erreichten wir dann den Abel Tasman Nationalpark. Wir suchten uns einen Campingplatz in der Nähe, packten unsere Badesachen in einen Rucksack und marschierten los.











 De vuelta en el camping pudimos disfrutar de nuestra primera ducha en tres días. Qué sensación tan agradable. Al día siguiente pusimos rumbo al Sur, esta vez por la costa oeste. Pasamos junto a las Pancake Rocks. El nombre se lo pusieron por su parecido con los pancakes.

Das war richtiges Südsee-Feeling. Überall gab es kleine Buchten zum Baden und der Weg dorthin führte durch den dicht bewachsenen Wald. Abends auf dem Campingplatz konnten wir dann das erste Mal seit drei Tagen wieder duschen, denn die kostenlosen Campingplätze hatten zwar Toiletten, aber keine Duschmöglichkeiten. Ich fühlte mich wie im siebten Himmel. Die Fahrt ging dann an der Westküste weiter Richtung Süden. Wir kamen an den Pancake-Rocks vorbei, die ihren Namen ihrem Aussehen verdanken.






Para pasar la noche buscamos un lugar junto a un lago y poco antes de llegar pasamos por un pueblo llamado Moana, como el título original de la película de Disney, Vaiana.

Die Nacht verbrachten wir an einem See in der Nähe des Dorfes Moana. Da das der Original-Titel zum Disneyfilm Vaiana ist, den wir in Australien sahen, musste David ein Foto machen.




Para desayunar buscamos una área de descanso con vistas al lago.

Unser Frühstück nahmen wir dann auch mit Blick auf den See ein.



Después fuimos en busca del glaciar Franz Josef. Lo malo de este glaciar, y que no sabíamos antes de ir, es que se está descongelando muy rápidamente y casi no se ve nada de él. Vimos fotos de algunos años antes y la diferencia era gigantesca.

Schließlich erreichten wir den Franz Josef-Gletscher an der Westküste Neuseelands. Doch als wir dort ankamen, mussten wir feststellen, dass eigentlich kaum noch Gletscher vorhanden war. Es gab dort auf dem Parkplatz ein Foto von 2008 im Vergleich mit einem Foto von 2015 und man sah ganz deutlich, wie der Gletscher zurückgegangen war. Trotzdem machten wir uns auf den Weg, um ihn von Nahem zu sehen.





Muy cerquita se encontraba el lago Matheson. En días sin viento y sin muchas nubes se puede ver perfectamente el reflejo del Mount Cook sobre la superficie del lago, pero no fue nuestro caso, ya que ni siquiera se puede apreciar el mencionado pico en la foto a causa de las nubes.

Ganz in der Nähe befindet sich auch der Lake Matheson, der bei absoluter Windstille und dem richtigen Licht den Mount Cook an der Wasseroberfläche spiegelt. Da es mittlerweile allerdings wieder angefangen hatte zu regnen und es ziemlich neblig war, sahen wir einfach nur einen See.



 Al día siguiente visitamos el glaciar Fox, con idéntico resultado. Quedaba muy poco de él. También es cierto que estábamos en la época de verano y posiblemente afecte al tamaño de éstos.

Auch der Fox-Gletscher, den wir am nächsten Morgen besuchten, war wenig eindrucksvoll. Wobei das vermutlich auch daran lag, dass in Neuseeland gerade Sommer ist. Ich hoffe, dass die Gletscher im Winter ein bisschen größer und eindrucksvoller sind.




 En nuestro camino desde la costa oeste hasta el centro del país pasamos por algunos lagos muy bonitos, como el lago Wanaka y el lago Hawea.

Von der Westküste aus ging es für uns dann weiter ins Landesinnere. Wir kamen an wunderschönen Seen, wie z.B. dem Lake Wanaka und dem Lake Hawea vorbei.





El área para dormir que encontramos aquí fue sin duda la más bonita. Decidimos quedarnos dos noches en el mismo sitio porque la vista era espectacular. Al fin con vistas al Mount Cook.

Halt machten wir schließlich am Lake Pukaki mit direktem Blick auf den Mount Cook. Wunderschön. Wer auch immer mal Lust hat, mit einem Wohnmobil (oder wie bei David und mir der Fall war, einem umgebauten Kleintransporter) unterwegs zu sein, dem sei auf jeden Fall Neuseeland empfohlen. Wo sonst gibt es kostenlose Campingplätze mit solch einer Sicht?








 La primera mañana quisimos ver el Mount Cook desde más cerca así que fuimos hasta el comienzo del camino para senderistas.

David und ich, die großen Wanderer, wollten den Mount Cook unbedingt aus der Nähe sehen. So machten wir uns am nächsten Morgen auf zum schneebedeckten Berg.



El sendero completo tenía una duración de cuatro horas, pero a los 45 minutos decidimos que ya habíamos tenido suficiente y nos volvimos para atrás. Después de nuestra experiencia en Perú no me han quedado muchas ganas de convertirme precisamente en el mejor senderista del mundo.

Die komplette Tour zum Berg sollte hin und zurück 4 Stunden dauern. Aber als wir ihn schließlich nach 45 Minuten von etwas weiter weg sahen, beschlossen wir, dass das an Sicht reicht und machten uns wieder auf den Rückweg. Nach unseren Wandererfahrungen in Peru, hat vor allem David die Unlust gepackt, zu Fuß Landschaften zu erkunden.



 En nuestro camino de vuelta al lago paramos en un campo de lavanda.

Auf dem Rückweg zu unserem Campingplatz stoppten wir an einer Lavendel-Farm.



Nueva Zelanda es un país caro. Australia también lo es, pero tienen el Aldi, con lo que los precios se nos contenían un poco. Aquí no existe el Aldi y nuestra compra no podía ser muy extensa. Nuestra dieta se componía básicamente de sopas de sobre, pasta con salsa de tomate y atún, patatas cocidas y algo de verdura para acompañar, como pimientos, tomates y zanahorias. Así que al pasar al día siguiente por un restaurante-piscifactoría de salmón se nos hizo la boca agua y decidimos parar para comer allí.

Neuseeland ist ziemlich teuer und anders als in Australien gibt es keinen Aldi, sodass die Lebensmitteleinkäufe für 3 Tage häufig über 70$ lagen, obwohl wir tatsächlich nur das nötigste eingekauft hatten. Unser Essen bestand aus Brot, Nudeln mit Sauce, Kartoffeln und Chips. Um es ein bisschen gesünder zu machen, gab es auch Paprika, Tomaten oder Möhren. Trotz der Gemüse-Variation war unser Essen eher eintönig und so entschieden wir, als es wieder zurück in Richtung Küste ging, an einer Art Lachszucht Halt zu machen und frischen Lachs zu probieren.




Los precios no eran malos y el salmón estuvo riquísimo.
En el restaurante había internet gratis y pudimos conectarnos un ratito. Habíamos comprado en el aeropuerto una tarjeta neozelandesa de teléfono e internet de la compañía Vodafone, el problema es que solo tenía cobertura de internet en las grandes ciudades y Nueva Zelanda no es precisamente un país que destaque por la gran cantidad de ciudades que tiene. Total que cada vez que teníamos la oportunidad de conectarnos a un WiFi gratis lo hacíamos. Fue aquí donde nos llegó la noticia de que nuestra autocaravana de «relocation» que teníamos reservada para unos días después había sido cancelada. De pronto nos encontrábamos ante un problema complicado de resolver.
Primero cuento en qué consiste un «relocation». Es un tipo de alquiler que permite ubicar un vehículo en otra ciudad donde la compañía del alquiler lo necesita. Tu misión consiste básicamente en llevar un coche de una ciudad a otra en un tiempo determinado casi sin que te cueste nada el alquiler. En nuestro caso teníamos reservada una autocaravana para llevarla desde Christchurch hasta Auckland en cuatro días pagando sólo cinco euros al día, además con el billete de ferry entre islas incluido. Todo un chollo. Y acababan de cancelar nuestra reserva.
Nos pusimos en contacto con ellos y nos apuntaron en una lista de espera para volver a darnos una autocaravana cuando se quedase alguna disponible. No podíamos hacer nada más por ahora así que pusimos rumbo a Queenstown intentando olvidar el asunto.

Und endlich hatten wir auch wieder Internetzugang. Es hatte sich nämlich herausgestellt, dass wir mit unserer Vodafone-Neuseeland-Karte nur in größeren Städten, nicht aber in der freien Natur Internet hatten. Das war natürlich für uns eher unvorteilhaft, da wir uns hauptsächlich von den Städten fernhielten. Da es am Pukaki-Lake so schön war, blieben wir zwei Nächte dort, was dazu führte, dass wir völlig von der Außenwelt abgeschnitten waren. Als wir uns dann auf der Lachsfarm mit dem dortigen WLAN verbinden konnten, musste ich feststellen, dass meine Cousine sich Sorgen gemacht hatte, weil sie weder David noch mich erreichen konnte. Das tat mir leid, aber es zeigte mir auch, dass ich trotz aller Distanz, nicht einfach so verschwinden konnte. Ein gutes Gefühl. Leider bekam auch David eine unerfreuliche Nachricht. Bereits in Australien hatten wir über Relocation einen Campervan gebucht, den wir von Christchurch nach Auckland bringen sollten. Für diejenigen, denen Relocation nichts sagt, es handelt sich dabei um Fahrzeuge, die innerhalb einer bestimmten Zeit (abhängig von der Distanz meist zwei oder vier Tage) in eine bestimmte Stadt gebracht werden müssen. Da man dafür nur 5 Dollar am Tag zahlt, ist es eine super Möglichkeit sich fortzubewegen. Wir bekamen nun aber plötzlich eine Email, dass unsere Reservierung storniert worden war. Gründe wurden nicht genannt. Wir telefonierten mehrfach mit den Leuten des Unternehmens und zumindest dafür hatte sich die neuseeländische Sim-Karte gelohnt. Die Mitarbeiter konnten zwar nichts versprechen, wollten aber alles tun, um uns ein anderes Relocation-Fahrzeug zu besorgen. Leider waren wir nun nicht mehr so flexibel, was das Datum anging, da wir bereits auf der Nordinsel die Hotelzimmer für die letzten Nächte und auch das Mietauto für die letzten drei Tage gebucht hatten. Schon wieder gab es also Chaos mit unserem Mietwagen, aber wir hofften das Beste und fuhren weiter nach Queenstown. Wir schlenderten durch die Stadt, kauften ein paar Mitbringsel und David fand sich als einer der Gefährten wieder.



 La foto es en una tienda especializada en productos de El Señor de los Anillos que, como mucha gente sabe, tanto esta trilogía como la de El Hobbit se rodaron por completo en este país.
La ciudad de Queenstown es conocida aquí por ser el lugar de fiesta y de deportes de aventura como el bungee-jumping. Como teníamos nuestro plan de recortes decidimos no hacer nada de lo que se ofertaba por allí.

Sowohl meine Freundin Riki als auch mein Cousin Till hatten von Queenstown als Abeunteuer- und Partystadt erzählt und tatsächlich hätte ich dort gerne alles Mögliche ausprobiert, z.B. den allerersten kostenpflichtigen Bungee-Jump der Welt nachempfinden, der in der Nähe von Queenstown stattfand und wo man heute noch springen kann. Aber ich bin ja bereits in Lloret de Mar nach dem Abi gesprungen und so wollte ich das Geld lieber für andere Dinge (z.B. den Besuch des Drehortes vom Auenland) ausgeben.
Daher blieb es beim Spaziergang durchs Zentrum.



 Lo que si hicimos fue reservar nuestro barco para recorrer al día siguiente los fiordos de Milford Sound. Por supuesto, el clima no fue muy bueno, pero la niebla daba al paisaje un aspecto bastante mágico.

Von Queenstown aus fuhren wir weiter in Richtung Milford Sound. Till hatte mir gesagt, dass das eine der Exkursionen war, die ihm am meisten in Erinnerung geblieben ist. Und ich kann das absolut nachvollziehen. Die Fjorde sind einfach nur atemberaubend. Es war ein bisschen neblig, aber dennoch konnten wir alles sehen. Der Nebel sorgte nur dafür, dass die Stimmung noch mystischer wurde.







 En nuestro paseo también pudimos ver focas sobre una roca.

Auf einem Felsen hatten sich auch ein paar Seehunde versammelt.





 El barco nos metió prácticamente debajo de una catarata en la que nos pusimos chorreando. Nos lo advirtieron antes por megafonía, pero aún así decidimos quedarnos en la cubierta superior.

Schließlich näherten wir uns einem Wasserfall und der Kapitän des Schiffes wies uns daraufhin, dass wir richtig nass werden würden, wenn wir draußen stehen blieben. Ich konnte mir das nicht vorstellen, aber ich hatte mich geirrt.




Desde los fiordos pusimos rumbo al Este, hacia Dunedin, donde se encuentra un museo del chocolate Cadbury. Reservamos la visita para la mañana siguiente y nos fuimos a aparcar en nuestra área para esa noche, junto a la playa.

Von Milford Sound ging es weiter nach Dunedin. Ich hatte bereits ganz zu Beginn unserer Neuseeland-Reise einen Flyer entdeckt, der auf einen Besuch der Cadbury-Fabrik in Dunedin aufmerksam machte. Für mich ist die Schokolade deshalb von großer Bedeutung, weil sie erstens fantastisch schmeckt und zweitens in Deutschland nicht überall zu kaufen ist. Ich kannte sie nur deshalb, weil mein Onkel Gerd von seinen England-Aufenthalten immer kiloweise diese Schokolade mitbrachte. Als wir an der Fabrik ankamen, stellten wir fest, dass die Touren für den Tag schon ausgebucht waren, und so reservierte ich für den nächsten Tag. Wir fuhren zu unserem Campingplatz, der direkt am Meer lag.




Comenzamos a dar un romántico paseo por la playa, pero el día se estaba estropeando y amenazaba lluvia (como todos los días) y yo preferí volver a la furgoneta mientras que Lea se quedó un rato más en la playa.

Wie ich ja schon gesagt habe, ist David nicht der größte Fußgänger. Das gilt auch für romantische Strandspaziergänge, daher blieb mir, als David keine Lust mehr hatte, nichts anderes übrig, als allein weiterzuspazieren.



Segundos después de que yo entrara en nuestro coche comenzó a llover. Por supuesto pilló a Lea aún en la playa y llegó minutos después chorreando agua. Pero llevaba ropa adecuada y no se mojó apenas por dentro.
Había una conexión WiFi muy rápida en el área donde estábamos aparcados así que me puse a hacer la copia de seguridad de parte de nuestras fotos del viaje. Para que la batería de mi móvil lo aguantase tuve que conectarme al cargador del coche con la llave de contacto puesta durante varias horas. El resultado fue que a la mañana siguiente no había batería suficiente para arrancar la furgoneta. Menos mal que siempre hay gente preparada y con ganas de ayudar. Biberón y a seguir andando.

Direkt nach diesem Foto musste ich allerdings auch umkehren, denn es fing richtig heftig an zu regnen. In Neuseeland ändert sich das Wetter wirklich stündlich oder wie Riki zu sagen pflegt: Vier Jahreszeiten an einem Tag und Zwiebellook kultivieren. Da es also den Nachmittag über regnete, schrieben David und ich an unserem Australien-Blog und luden Fotos hoch. Da das ziemlich viel Akku verschlang, luden wir die Handys über unsere Autobatterie auf. Man kann sich denken, was am nächsten Morgen passierte, als wir zu unserer Cadbury-Tour aufbrechen wollten. Unser Campervan sprang nicht an. Nun bin ich ja kein großer Freund von Stereotypen, aber an dieser Stelle musste ich an einige meiner spanischen Freunde denken, die grundsätzlich allen Deutschen eine gewisse Organisation und Vorbereitung in allen Lebenslagen attestieren. Denn wer hatte ein Starterkabel dabei? Die deutschen Nachbarn auf dem Campingplatz.



Pudimos llegar a tiempo a nuestra visita de la fábrica de chocolate. Durante la visita nos fueron regalando diferentes productos de chocolate que íbamos guardando en una bolsa de plástico. Además nos dieron a probar diferentes chocolates con lo que el cacao se nos salía por las orejas. Para aumentar la sobredosis nos metieron dentro de un silo que antiguamente guardaba el cacao, pero que ahora lo habían preparado para dejar caer delante nuestra una tonelada de chocolate líquido. No estaban permitidas las fotos durante todo el recorrido con lo que sólo podemos enseñar una foto del final de la visita.

Wir kamen noch rechtzeitig zu unserer Cadbury-Führung und wenn ich eines sagen kann, dann, dass ich noch nie so viel Schokolade an einem Tag gegessen habe. Wir bekamen an fast jeder Station etwas Süßes geschenkt und mein persönliches Highlight war, als wir in einen kleinen Becher flüssige, warme Schokolade (dunkle und helle!!!) füllen konnten, garniert mit den Toppings unserer Wahl (ich entschied mich für Oreos). Leider durften wir auf der Tour keine Fotos machen, daher braucht ihr nun eure Vorstellungskraft. Einer der alten Speicher wurde extra für Besucher umgebaut, sodass wir in den Genuss kamen, 1000 Kg flüssige Schokolade an uns vorbeiziehen zu sehen. Durch Rohre wird die Schokolade dann wieder zurückgepumpt und der Spaß beginnt von Neuem.



Según nos contó nuestro guía en la fábrica, en la ciudad de Dunedin, donde nos encontrábamos, se encuentra el segundo edificio más fotografiado del hemisferio sur, tras la ópera de Sydney. Me parece difícil de creer que el segundo edificio más fotografiado del hemisferio sur sea una estación de trenes de la que no había oído hablar en la vida que está en una ciudad de la que tampoco había escuchado nada hasta ahora. Dónde quedarán en esa lista el Machu Picchu de Perú o el Cristo Redentor de Brasil. Tal vez no se consideren edificios y por eso no cuentan.

Laut unseres Tour-Guides steht in Dunedin übrigens auch das Gebäude, das auf der Südhalbkugel nach der Oper in Sydney am häufigsten fotografiert wird.



 Lo que sí tienen allí es la calle más empinada del mundo según el libro Guinness de los récords. Baldwin Street. Un reto para las piernas.

Ebenfalls berichtete er uns von der steilsten Straße der Welt, der Baldwin Street. Dort findet auch einmal im Jahr das sogenannte Jaffa-Race statt. Kann man sich bei Youtube anschauen, unglaublich.





Antes de salir de Dunedin, dimos un pequeño paseo por el jardín botánico de la ciudad.

Zum Abschluss ging es in Dunedin dann noch in den Botanischen Garten.



Ese día lo teníamos marcado como límite para resolver nuestro problema con el «relocation». Casi cada día hablábamos con la compañía a ver si tenían alguna novedad, pero nada. Ya teníamos una alternativa buscada con un vuelo barato. Estábamos a punto de llamar para pedir que dejasen de buscarnos la autocaravana para poder reservar el vuelo antes de que subiera de precio justo cuando me llegó el email confirmando que acababan de encontrar nuestra autocaravana para la fecha en la que queríamos. ¡Bien! Al fin se solucionó el asunto. Ya podíamos respirar tranquilos. Al menos hasta el siguiente alquiler.
Esa noche la pasamos lejos de todo en mitad del campo, pero en lugar permitido.

Schließlich bekamen wir dann auch die ersehnte Mail, dass für uns ein Fahrzeug gefunden wurde, das von Christchurch nach Auckland gebracht werden musste. So konnten wir entspannt die letzte Nacht in unserem kleinen Campervan verbringen, den ich wirklich liebgewonnen hatte und in dem ich, bis auf die erste Nacht auf Grund der Kälte, wirklich gut geschlafen habe.



 De vuelta en Christchurch fuimos al cine a ver otra película de animación. Esta vez vimos «Sing», que nos gustó mucho. Creo que en España la película se llama «¡Canta!».
Devolvimos nuestra furgoneta y fuimos a recoger nuestra autocaravana de «relocation». Y ésta sí que era una señora autocaravana. No nos esperábamos algo tan lujoso. Capacidad para seis personas, cocina, ducha, baño y todo lo necesario para vivir en la carretera. Ese día estaba bastante malo el clima y no tomamos fotos de nuestro camión. Ya tendríamos tiempo de hacerlo. Ahora, nuestro objetivo era llegar al puerto de partida del ferry para dejar atrás la isla sur. El clima era tan malo que nos habían puesto en sobre aviso de que era posible que el barco suspendiera su viaje hasta mejorar la situación. Incluso hablaban de poner restricciones de circulación a vehículos grandes, como el nuestro, a causa del fuerte viento. Finalmente todo quedó en exageración. El clima no empeoró tanto y pudimos tomar nuestro barco.

Wieder zurück in Christchurch, gingen David und ich ins Kino. Diesmal entschied ich, in welchen Film es ging, und da wir bis dahin die Animationsfilme so gut auf Englisch verstanden hatten, entschied ich mich für Sing. Am nächsten Morgen ging es dann zur Autovermietung. Der Vorteil bei Relocation ist, dass es ziemlich günstig ist. Da wir das Fahrzeug von der Südinsel auf die Nordinsel bringen mussten, wurde uns sogar die Überfahrt mit der Fähre bezahlt. Der Nachteil ist allerdings, dass man nicht weiß, was für einen Wagen man bekommt. David und ich waren also ziemlich gespannt und was uns dann erwartete, übertraf unsere Erwartungen.Wir hatten ein riesiges Wohnmobil bekommen, ganz neu, mit Küche, Dusche, Toilette und Fernseher. Wir fuhren also stolz wie Oskar wieder in Richtung Norden, wo abends unsere Fähre von Picton (Südinsel) nach Wellington (Nordinsel) gehen sollte. Es war ein heftiger Sturm angekündigt, aber auf der Fähre merkten wir noch nichts.



 Sí que es verdad, que una vez que llegamos a Wellington, aparcamos y nos dispusimos a dormir, comenzó un fortísimo viento que nos hizo despertarnos varias veces durante la noche por el movimiento del coche. A la mañana siguiente ya pudimos tomar al fin las fotos de nuestro camión.

Als wir allerdings mitten in der Nacht in Wellington ankamen und uns schlafen legten, bewegte sich unser Wohnmobil durch die starken Windböen hin und her. Es war nicht unbedingt die entspannteste Nacht, aber am nächsten Morgen hatte sich das Wetter wieder beruhigt und es war Zeit für eine Fotosession mit unserem neuen Gefährt.






Dejamos aparcada nuestra casa y fuimos a dar un paseo por la capital de Nueva Zelanda. Tuvimos suerte con el clima.

Dann ging es in die Hauptstadt Neuseelands. Mit dem Bus fuhren wir ins Zentrum von Wellington und genossen das schöne Wetter.







Andando por el puerto vimos a un grupo de gente junta fotografiando algo y decidimos acercarnos. ¡Un pingüino! Finalmente, lo que no vimos ni en Ushuaia ni en Australia lo vimos por casualidad en Nueva Zelanda.

Am Hafenbecken entdeckten wir sogar einen Pinguin. Leider verschwand er ziemlich schnell wieder, weil sich einige Deppen dem kleinen Kerl so näherten, dass er Angst bekam und hinter den Steinen verschwand.





 La noche la pasamos junto al lago Taupo.

Die Nacht verbrachten wir dann am Lake Taupo.





A la mañana siguiente fuimos a Rotorua. Allí hay géiseres y aguas termales, pero como íbamos un poco cortos de tiempo y ya habíamos tenido géiseres en Chile y en Islandia, los pasamos un poco por encima.

Am nächsten Morgen ging es weiter nach Rotorua. Auf dem Weg dorthin kamen wir an zahlreichen heißen Quellen und Geysiren vorbei. Da wir es allerdings ein bisschen eilig hatten und in Island und Chile ja schon Bekanntschaft mit Hot Springs gemacht hatten, hielten wir uns dort nicht so lange auf.





Después nos pasamos por el río Kaituna donde vimos algunas cataratas y gente haciendo rafting.

Allerdings hielten wir noch am Fluss Kaituna, wo wir ein paar Wasserfälle sahen.



Y entonces llegamos al parque que estaba deseando visitar en Nueva Zelanda: La Comarca (Hobbiton Movie Set). Todo seguidor del mundo Tolkien debería pasar alguna vez por aquí y conocerlo de primera mano. Sin duda lo que debería hacer cualquier fan es recorrer el país entero y buscar las localizaciones del rodaje. A La Comarca no le faltaban detalles.

Wir hatten es deshalb etwas eilig, weil wir an diesem Tag unbedingt noch zum Drehort vom Herrn der Ringe wollten, genauer gesagt, nach Hobbiton, dem Auenland. Wer die Filme mag, der sollte das Filmset auf jeden Fall besuchen. Der Teil der Alexander-Ranch, die von Peter Jackson während eines Helikopter-Flugs entdeckt wurde, auf dem das Auenland nachgebaut wurde, blieb nach den Dreharbeiten als Filmset bestehen und wurde Attraktion für Millionen von Touristen. Für den kleinen Hobbit wurde der Schauplatz noch ein wenig erweitert und die Hobbit-Höhlen wurden so erneuert, dass sie auch noch in ferner Zukunft besucht werden können. Der Besuch von Hobbiton ist grandios, leider ist man aber in einer ziemlich großen Gruppe unterwegs und es bleibt kaum Zeit, die liebevollen Details zu betrachten. David und ich gaben trotzdem unser Bestes und hier eine kleine Auswahl der Fotos, die wir bei unserem Besuch bei Bilbo, Frodo und Co. machen konnten.


















Después nos tomamos una cerveza en la Posada del Dragón Verde, vestidos con algo de ropa de hobbits.

Abschließend gab es dann noch für alle ein Bier im Grünen Drachen.






A la mañana siguiente llegamos a Auckland para despedirnos de nuestra autocaravana y para recoger nuestro coche de alquiler que teníamos reservado. O eso creíamos.
Al llegar a la empresa no aparecía nuestra reserva por ningún sitio. Bueno, en un sitio sí. En el mes siguiente. Habíamos puesto mal la fecha de reserva y en vez de enero habíamos seleccionado febrero. Ups. Por suerte les quedaba un coche disponible y pudimos salir de allí sin más complicaciones.
Dimos una vuelta por la costa de la ciudad y por parte del centro.

Am nächsten Morgen erreichten wir dann Auckland und fuhren zunächst zur Autovermietung um unser Mietauto für die letzten Tage auf der Nordinsel abzuholen. Und was für eine Überraschung, schon wieder gab es Chaos. In der ganzen Aufregung hatten David und ich das Auto vom 21. bis zum 23. Februar reserviert. Es war allerdings noch Januar. Diesmal führte das Durcheinander aber dazu, dass wir einfach ein größeres, gerade verfügbares Auto ohne Aufpreis bekamen. Allerdings glaube ich, dass die Kombination Autovermietung+Neuseeland+David+Lea nicht die entspannteste ist. Pünktlich konnten wir dann auch unser Wohnmobil in Auckland abgeben und uns ein bisschen die Stadt anschauen.





 El clima se volvió a poner feo y decidimos no ir a la playa de Coromandel. A la mañana siguiente salimos temprano y lo primero que hicimos fue ir a recoger las llaves de nuestro siguiente hostal porque sabíamos que ese día llegaríamos tarde por la noche después de recorrer el norte de la isla y no podríamos recogerlas entonces. Una pena porque el hostal parecía muy bonito y tenía senderos que comenzaban en el mismo jardín.

Da das Wetter wieder einmal ziemlich schlecht war, entschieden wir uns, nicht noch nach Coromandel zu fahren, wo es mit Sicherheit tolle Strände gegeben hätte, sondern früh ins Bett zu gehen, um am nächsten Morgen weiter in den Norden zu fahren. Gegen Mittag erreichten wir unsere Unterkunft, wo wir nur schnell den Schlüssel abholten, weil wir wussten, dass es abends spät werden würde. Schade, dass wir keine Zeit hatten, dort länger zu bleiben. Das kleine Hotel lag nämlich wunderschön und hatte sogar Alpacas auf einer Weide stehen.




Tras recoger las llaves fuimos a la playa de Rarawa y allí estuvimos un rato sentados tonteando con las fotos.

David und ich fuhren zum Rarawa Beach und freuten uns über die Sonnenstrahlen.






Después fuimos al cabo Reinga, el punto más al norte del país.

Dann fuhren wir weiter bis zum nördlichsten Punkt der Nordinsel: Cape Reinga.





Ya de vuelta pasamos junto a la Ninety Miles Beach, que realmente tiene 90 kilómetros en vez de 90 millas, pero imagino que el nombre sonaba mejor así.

Auf dem Rückweg ging es dann noch zum 90 Miles Beach, der wohl in Wirklichkeit nur 90 Kilometer lang ist.




Junto a la playa corrían caballos salvajes.

Wir hatten eigentlich vor, mit unserem Auto ein wenig am Strand entlang zu fahren, stellten aber fest, dass es keine befahrbare Straße gab, und so kehrten wir wieder um. Auf dem Weg sahen wir aber einige Wildpferde.



Tras una noche corta fuimos a visitar el bosque Waipoua, donde se encuentran los árboles más grandes de Nueva Zelanda: los árboles Kauri. En el camino hacia allí nos encontramos con otra de las señales de tráfico que tanto me gustan.

Nach einer zu kurzen Nacht, ging es dann an unserem letzten Tag in Neuseeland in die Nähe des Waipoua-Forest, um dort die Kauri-Trees zu sehen, jahrtausendjahre alte Bäume, die es so nur in Neuseeland gibt. Auf dem Weg dorthin entdeckte ich ein Straßenschild ganz nach Davids Geschmack.



Los árboles Kauri, además de grandes, son también longevos. El más antiguo de Nueva Zelanda tiene alrededor de 2000 años aunque, según he leído, en los últimos dos siglos se han talado indiscriminadamente árboles Kauri mucho más viejos.

Die Kauri-Bäume sind wirklich beeindruckend. So ganz kann man ihre Pracht nicht auf Fotos festhalten, aber wir haben es versucht.






Finalmente llegó la hora de despedirnos del país y de pasar una nueva noche en el aeropuerto. Como país de la Tierra Media, en el aeropuerto de Auckland no podía faltar su buena estatua para que yo me sacara una foto con ella.

Und dann hieß es Abschied nehmen von Neuseeland, einem Land, das so viele Facetten hat und dass ich, je nach Wetterlage, wunderschön oder einfach nur anstrengend fand. Elijah Wood hat vor einigen Jahren in einem Interview gesagt, dass Neuseeland durch die Vielseitigkeit seiner Natur tatsächlich Mittelerde sei. Und die Eindrücke, die wir auf unserer Reise sammeln konnten, decken sich mit diesem Gedanken.



Echando la vista atrás, hemos fallado en los alquileres de los coches en este país en tres ocasiones de las tres que lo hemos intentado. No ha estado mal. Un 100% de error. Por suerte, las tres veces se ha solucionado todo de forma positiva, con alguna que otra penalización, pero dentro de lo permisible.
Nueva Zelanda es un país de naturaleza en estado puro. No es un país para hacer turismo de ciudad, sino para alquilar una furgoneta y dormir donde te apetezca cada noche pasando de paisaje en paisaje, siempre cambiante. Eso sí, nosotros esperábamos clima veraniego y nos hemos encontrado con lluvia y más bien fresquito en la mayoría de nuestro tiempo aquí. Pero nuestras ansias de verano se verán recompensadas en nuestro siguiente destino: isla de Bali, Indonesia.

Ich schließe eigentlich den Blog immer ganz gern mit einem Gedanken, der mir während des Reisens kam. Und dieses Mal, beim erneuten Lesen des Blogs, den ganzen Auf und Abs in Neuseeland, fällt mir nur eines ein: Et hätt noch emmer jood jejange.
Und so verabschieden wir uns mit einem letzten Herr der Ringe&Hobbit-Bild und steuern mit Bali das letzte Ziel unserer Weltreise an.